¿QUÉ, CÓMO? (2011)


Con motivo de celebrarse el Día de la Soberanía Nacional, la Compañía de Funciones Patrióticas presentó ¿QUÉ, CÓMO?, en Fundación PROA, el lunes 28 de noviembre.

¿Por qué el vigilante se llama así? ¿Y la bola de fraile? ¿Y elsacramento? Estas facturas deben sus nombres al ingenio de los panaderos anarquistas de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Hoy las comemos sin reparar en su origen combativo. Al igual que celebramos la Soberanía y la Nación, sin saber muy bien qué implican esos términos. Por eso, desde la Compañía, nos preguntamos todo el tiempo: ¿QUÉ, CÓMO? ¿Qué son la Soberanía, la Nación, el territorio, el Estado y sus gobiernos? ¿Cómo pueden pensarse todas estas palabras desde su extremo ideológico más opuesto: el Anarquismo?
¿QUÉ, CÓMO? le debe mucho al libro Cabezas de Tormenta, del filósofo Christian Ferrer, en especial, al siguiente texto (aquí en su versión adaptada para la obra):


“En 1889, el anarquista Errico Malatesta abandona la Argentina, dejando atrás el combativo sindicato que había ayudado a organizar, el sindicato de panaderos. Muchas de las facturas que despachan las panaderías porteñas tienen su origen en Europa, pero aquí adquirieron formas singulares y apodos sugerentemente blasfemos. Cañones, bombas,vigilantes, bolas de fraile, suspiros de monja, sacramentos, facturas pensadas para mofarse del ejército, la policía y la Iglesia.


El vínculo entre palabra y comida parece haber sido suturado con hilo de coser ideológico.

Pero los porteños ya no reconocemos en los nombres de la repostería su retintín inquietante, pues rara vez pensamos el vínculo entre nombre y forma, entre palabra y cosa, menos aún la relación entre origen político-lingüístico y costumbre gastronómica. Las palabras suelen osificarse en el uso cotidiano, y lo que en un tiempo fue escándalo hoy es rutina. Por su parte, el anarquismo argentino (y mundial) ha quedado angostado a un mínimo caudal y su audibilidad política es muy escasa. Sin embargo, cada vez que mordemos una factura, el crujido de lo que en otros tiempos fue sarcasmo sedicioso popular rechina entre los dientes”.

Una placa en la fachada de PROA recuerda a la centenaria Federación de Obreros en Construcciones Navales, de inspiración anarquista, cuya sede funcionó entre 1941 y 1970 en uno de los edificios que ocupa actualmente la Fundación. Allí, entre otros hitos, se realizó el último congreso de la F.O.R.A.(Federación Obrera Regional Argentina).

Elenco: Paolo Baseggio, Natalia Fernández Acquier, Ernesto Fontes, Leandro Ibarra, Daniel Miranda, Natalia Olabe y Guillermo Valdéz
Luces: Fernanda Balcells
Fotografía: Jorge Marino
Música: Dos Cachivaches
Video y diseño: Paolo Baseggio
Colaboradores: Paula Banfi y Claudia Mac Auliffe
Producción: Natalia Fernández Acquier y Julieta Gibelli
Dramaturgia y dirección: Martín Seijo

Vestuario, escenografía y utilería: todo rojinegro, en homenaje a los colores del anarquismo.

Merienda patria: letras K, triangulitos PRO, mate cocido, té y café.

El himno estuvo a cargo de Natalia Olabe y consistió en una versión anarquista del mismo. Aquí la letra:

Oíd mortales el grito sagrado

de Anarquía y Solidaridad

oíd el ruido de bombas que estallan

en defensa de la Libertad.



El obrero que sufre proclama

la Anarquía del mundo a través

coronada su sien de laureles

y a sus plantas rendido el burgués.



De los nuevos mártires la gloria

sus verdugos osan envidiar

la grandeza anidó en sus pechos

sus palabras hicieron temblar.



Estribillo:

Viva, viva la Anarquía!

No más el yugo sufrir

coronados de gloria vivamos
o juremos con gloria morir.

Esta obra realizó temporada en el Teatro Regina entre abril y junio de 2012.