Educación y Distancia

Vaticinio grotesco sobre el final de la escuela pública

PRESENTADOR: Ernesto Fontes
MINISTRO: Daniel Miranda
PROMOTORA: Natalia Olabe
SEGURIDAD: Paolo Baseggio
SARMIENTINA: Natalia Fernández Acquier
SARMIENTINO 1: Leandro Ibarra
SARMIENTINO 2: Guillermo Valdéz

Autor: Martín Seijo


Lanzamiento del Plan de Educasión a Distancia Ovligatorio (P.E.D.O.)


Al ingresar a la galería, el público se encuentra con la instalación del artista plástico Claudio Gallina. En un sector, se visualiza un stand de vinos Menem, atendido por una promotora que tiene a su cargo servir copas y hablar de las virtudes de la bebida en cuestión. Un cartel dice: “Vinos Menem - por un futuro vien en P.E.D.O.”

PROMOTORA: Este vino es ideal para recordar épocas doradas. De encuentros de uno a uno. Porque este vino se destaca por su gran flexibilidad en el gusto, lo que hace de este elixir el compañero ideal de toda cena, en especial si se trata de pizza. Siempre debe servirse antes de descorchar el champán. Ese sería el marco ideal de su degustación. Pizza con champán. Con Menem, la vista, el olfato, el gusto y el tacto serán presa de una profunda reforma de sus estructuras de sensación. El otro sentido, que no me acuerdo cuál es, ¿qué?, ¿cómo dice?, no escuché, y hasta el sexto sentido, de existir, también serán entregados a esta fantástica convertibilidad. Los invito a catar este maravilloso vino que ha provocado una verdadera revolución productiva desde su aparición en el mercado. Empecemos con la fase visual, tomando la copa por la base para no calentar el recipiente donde está el líquido y observemos el vino a contraluz o contra un fondo blanco, apreciando su color, brillo y limpieza. (Hace eso.) Turbio, oscuro, para nada claro, características distintivas de una cepa que ha dado muchos frutos a lo largo de la historia. En la fase olfativa, primero se acerca la copa sin agitar hacia la nariz para inhalar los aromas "primarios", provenientes de la variedad de una, se mueve la copa en torno a su eje vertical, para que el vino suba por las paredes y así apreciar "las lagrimas" que deja el vino en la copa. Los Menem se destacan por dejar un mar de lágrimas en derredor. Son vinos envejecidos que se caracterizan por presentar aromas especiados, como a canela o clavo. Menem es un clavo, sin dudas. ¿Qué opinan, ustedes? Finalmente, en la fase gustativa, se prueba el vino con un pequeño sorbo, moviéndolo de un lado a otro de la boca con la lengua para apreciar los cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y amargo. En este vino predomina lo amargo, es más, podríamos afirmar que es “el trago amargo por excelencia”. Una vez degustado en la boca el vino se puede tragar o escupir. Normalmente se suele escupir para que el alcohol no pase a la sangre y el catador adquiera un cierto grado de embriaguez. No se pierde ninguna sensación por escupir el vino. También se suele hacer entrar aire por la boca mientras aún tenemos el sorbo en ella expulsándolo por la nariz, cual jugador de futbol, para así apreciar con mayor intensidad sus aromas por la vía retronasal. Aquello que no superen una rinoplastia, por favor, abstenerse de usar este método. Acá tienen una escupidera, para expulsar el vino por la boca o por la nariz, como ustedes prefieran. Se dice que un vino tiene persistencia baja si su sensación en la boca después de haberlo tragado o escupido no dura más de 3 segundos. Tiene persistencia media si esta sensación dura entre 3 y 6 segundos, y tiene persistencia alta si su sensación dura más de 6 segundos. En el caso de un Menem, la persistencia  es altísima. Algunos expertos afirman que sus efectos perduran por años. Esto es importante, tengan cuidado con las imitaciones, las hay de lo más variadas e inesperadas. Pero recuerden, un Menem es único en su sabor, aroma, textura y color. Por suerte, no habrá otro igual.

Mientras, en otro sector de la galería, un guardia de seguridad, que cada tanto se toma una copa, se acerca al público y le habla de los objetos exhibidos, de sus anécdotas en la escuela, realiza preguntas sobre este tema, le llama la atención a alguien que no hizo nada.

SEGURIDAD: Así como me ven, yo fui uno de los mejores promedios de mi escuela. Y en séptimo grado fui abanderado durante todo el año. Soy sanjuanino. Eso no es un dato menor. No es lo mismo llevar la bandera acá que en San Juan, la provincia de Sarmiento. Es como… bueno, no se me ocurre ninguna comparación. Ahí está, no tiene comparación. Por lo menos era así cuando yo era chico. Ahora no sé, hace mucho que no voy para allá. Y con estos cambios que se vienen, ya no va a hacer falta elegir abanderados ni escoltas. ¿Quién de ustedes la llevó? La bandera, digo. (Espera respuesta del público.) Para mí, fue como sentir que formaba parte de algo importante, algo que nunca me iba a soltar la mano. Patria, Estado, país o como prefieran llamarle. Algo que iba a ayudarme a progresar como persona y como profesional. Eso es lo que me enseñaron, lo que me dieron a entender en la escuela. Recuerdo que había un alumno chileno, buena gente, pero chileno, muy inteligente, una luz, tanto que era el mejor promedio. Casi diez. Yo venía segundo, ahí cerquita, siete, siete cincuenta. En sexto grado, cuando tuvieron que elegir al abanderado para el siguiente año, todos sabían que por promedio le tocaba al chileno. Imaginen eso. ¡Un chileno llevando la bandera argentina! Se armó un quilombo. Llegó a ser tapa de los diarios sanjuaninos. Que sí, que no, que sí, que no. Hasta que al final ganó el no. Año 84. Estaba todo mal con los chilenos. Ni escolta pudo ser. Se terminó yendo a una escuela privada el resentido huevón. Es verdad, este país se hizo a base de inmigrantes. Tanos, gallegos, irlandeses, judíos, turcos, qué sé yo. Pero ya cualquier cosa, no. Y tampoco es justo darle la bandera a un extranjero. ¿Qué diría Belgrano, por ejemplo? “¿Para esto me maté con el diseño?” Bah, muy original que digamos la bandera no es. Ahí está, la bandera de Chile sí que es original, con más colores, la estrellita, nunca entendí por qué el chileno quería llevar la nuestra. No lo dejaron. Y yo fui el abanderado. Me sentía prácticamente el presidente de la Nación. Y empecé a tener mucho levante. Me puse de novio con tres compañeritas al mismo tiempo ¿Qué más podía pedirle al país? Lo que tenía que hacer era estudiar, prepararme, que las cosas iban a venir solitas. El sistema estaba  totalmente de mi lado. Pero después nada fue como me habían prometido. A mí viejo lo cesantearon por culpa de la hiper y enfermó de angustia, entonces, no me quedó otra que dejar la secundaria y ponerme a trabajar de esto (se agarra el uniforme). Fui de los primeros guardias de seguridad privada de San Juan. Me atrasé un montón de años, pero no bajé los brazos. El secundario lo terminé en una nocturna. Y después me vine a Buenos Aires a estudiar abogacía. Casi todos los presidentes fueron abogados. Y yo soñaba con ser presidente. Pero este trabajo (se agarra otra vez el uniforme) te va matando de a poco. No solo se te ulceran las piernas también lo sufre el cerebro, que fue educado para otra cosa que estar parado horas y horas por nada. Pensar así, en esas condiciones, es una condena. Empecé a tener un desempeño cada vez más errático en la Facultad. Hace dos años que ni voy. ¿Perdí la regularidad? ¿Ustedes saben algo de eso? (Pausa.) Mi futuro se reduce a aprovechar alguna oportunidad que me dé este trabajo. Si no hubiera sido educado, ¿sufriría menos? Fui preparado durante años para un éxito que resultó un fracaso. ¿Mi padecimiento es culpa de todos los maestros que me abrieron la cabeza? A veces es mejor dejarla cerrada.   

Afuera, tras una pared vidriada, tres personas protestan por el lanzamiento del P.E.D.O. Vestidos con delantales blancos, están pelados como Sarmiento. Llevan una bandera que dice: “Algo huele mal en el Estado – no al P.E.D.O. – Escuadra Sarmientina.” Cantan el himno a Sarmiento. Gritan consignas.

El público es invitado a ingresar al auditorio.

En el escenario del auditorio, se observa una pantalla en la cual se proyecta el logo del P.E.D.O. (la sigla y el nombre completo debajo con errores de ortografía: Plan de Educasion a Distancia Ovligatorio), un atril, dos micrófonos con sus correspondientes pies, a un costado tres sillas. Se escucha la canción oficial del P.E.D.O.

En el atril, se encuentra el Presentador, vestido de traje y corbata. La promotora le acerca un vaso de vino y se queda a su lado hasta que comience la presentación, luego se sienta en el sector de las sillas. El guardia se ubica al pie de la escalera del escenario, cada tanto sorbe una copa de vino. De a poco, se va poniendo beodo. Entonces, aprovechando que éste no está del todo lúcido, los integrantes de la Escuadra Sarmientina logran entrar al auditorio. Desde sus asientos, repartirán volantes y opinarán por lo bajo, y no tanto, sobre lo que suceda en el escenario.

Comienza el acto. Cambio de luces. Se deja de escuchar la música. El Presentador se dirige a público.

PRESENTADOR: Señoras y señores, hoy es un día histórico para la Educación Pública. Señoras y señores, hoy comienza una nueva era pedagógica. Algo que, sin dudas, será imitado por todo el mundo. Afuera, señoras y señores, pudieron observar el pasado, nuestro pasado. Gomas de borrar, lápices, sacapuntas, pupitres. Ya nada de eso se volverá a utilizar. ¡¡¡Chau, chau, chau, chau, chauuuuuuuu pasado!!! Señoras y señores, estamos de ¡duelo! por el pasado. Pero a la vez, estamos de fiesta por el futuro. Señoras y señores, démosle la bienvenida al porvenir, démosle la bienvenida, señoras y señores, ustedes y sus hijos, ustedes y sus nietos, bienvenidos, señoras y señores, al Plan de Educación a Distancia Obligatorio. Démosle un fuerte aplauso, señoras y señores, un fortísimo batir de palmas al P.E.D.O.!!!

Acto seguido, se emite el video institucional del Plan. Durante la emisión, movido por la indignación de lo que está viendo y escuchando, uno de los sarmientinos se queja en voz alta. El guardia inmediatamente se acerca con una linterna encendida y trata de identificar al revoltoso, pero no lo logra. Los sarmientinos se agazapan en sus asientos. El guardia apaga su linterna y sale del auditorio. Luego del video, vuelve a proyectarse el logo del Plan.

PRESENTADOR: Señoras y señores, agradecemos a vinos Menem, que gentilmente nos permite brindar esta noche, chocar nuestras copas, señoras y señores, en señal de algarabía por el nuevo sistema educativo que recientemente, señoras y señores, aprobaron nuestros insignes representantes. Pero nada de esto hubiese sido posible, señoras y señores, sin la labor incansable y puntillosa de una persona que merece el mayor de los reconocimientos. Estoy hablando, señoras y señores, de nuestro benemérito Ministro de Educación. Lamentablemente, acaba de escribir un tweet explicando por qué no está todavía acá con nosotros, señoras y señores, compartiendo este acto tan sentido. Lo leo: “Voy p lanzamiento, no empiecen sin mí, demorado por piquete negros de merda”. Bueno, señoras y señores, ya debe estar por arribar el Ministro. No desesperen. ¿Les parece bien esperar un poco? (Pausa breve.) Esperamos, entonces, señoras y señores.

Pausa prolongada. Se vuelve a escuchar de fondo la canción oficial del P.E.D.O.

SARMIENTINO 1: Ahora es el momento indicado para entregar los volantes a todos estos oligarcas con olor a bosta de vaca.  

SARMIENTINO 2: ¿Te parece llamarlos así? ¿No es demasiado frontal nuestra actitud? ¿No sé?

SARMIENTINA: No podemos dudar más. “Los discípulos son la biografía del maestro”. Esa frase me tortura todos los días. Escribamos la última página honrosa de nuestro maestro.

SARMIENTINO 1: Sí, sí, ¿quién tiene más volantes?

SARMIENTINA: Yo, acá en la mochila.

SARMIENTINO 1: Dale, apurate.

SARMIENTINA: Esperá, quedaron en el fondo. Tengo que sacar el mate, la yerba, ¡¿de quién es este calzón?!

SARMIENTINO 2: Yo tengo algunos volantes en el bolsillo.

SARMIENTINO 1: Empecemos con esos. Traé para acá.

Empiezan a entregar volantes pidiéndole a los espectadores que tienen más cerca que los vayan pasando. La Sarmientina se levanta de su asiento y arroja un puñado de volantes hacia delante.

SARMIENTINO 2 (haciéndola sentar a su compañera): ¿Qué hacés? ¿Querés que nos saquen a patadas? Tenemos que ser más prudentes.

SARMIENTINA: Todos los días irrito susceptibilidades y crío deseos de encontrar en mi conducta acciones que me denigren. Debería ser más prudente; pero en punto de prudencia, me sucede lo que a los grandes pecadores, que dejan para la hora de la muerte la enmienda. Cuando tenga cuarenta años, seré prudente; por ahora seré como soy y nada más.

SARMIENTINO 2: ¡Si ya tenés cuarenta!

SARMIENTINO 1 (a Sarmientina): Decís otra frase célebre de Sarmiento sacada de internet y juro que yo mismo te saco del auditorio.

SARMIENTINA (desafiante): Las cumbres se alcanzan doblando el empeño.

PRESENTADOR: Señoras y señores, les pido disculpas por la demora. Veo que se están poniendo algo inquietos. (Mostrando su celular.) Me avisan que el Ministro ya está muy pero muy cerca…

El guardia le hace señas desde la puerta de ingreso al auditorio.

PRESENTADOR (mientras se empieza a escuchar la canción del Ministro): Ahora sí, señoras y señores, es oficial, ha llegado el momento de aplaudir a un prohombre de nuestra Patria, infatigable trabajador, recibamos como se merece a nuestro ¡querido Ministro de Educación!

Se abren las puertas del auditorio. Juego de luces. Ingresa el guardia seguido del Ministro, quien viste elegante sport y reparte globos de colores con el logo del P.E.D.O. Avanzan hacia el escenario. La promotora saca el micrófono de su sitio y comienza a cantar la canción del Ministro. Este sube al escenario junto al guardia, y se pone a bailar con la promotora. El guardia saca a bailar al presentador. Durante el estribillo, el Ministro pide palmas al público. Explota una bomba de papelitos. Al terminar la canción, vuelven las luces del auditorio.

MINISTRO (golpeándose el corazón): Gracias, gracias por este apoyo incondicional, por esta demostración de cariño que profesan hacia mi persona. No soy más que un humilde servidor que nunca quiso ocupar este lugar. ¿Les confieso algo? Yo no quería ser funcionario, ni candidato, ni nada, a mí me tuvieron que convencer de ocupar este puesto.

La promotora lanza una carcajada. El Ministro la mira cortante.

MINISTRO: Pero acá estoy, a duras penas terminé el secundario, fracasé en la Universidad más de una vez, y sin embargo, (mirando unos segundos al cielo) mamá, papá, tengo el honor de ser el responsable político, el autor ideológico de tamaña reforma educativa. Pero no me amedrenta este desafío. No me arrepiento de este amor. Como decía el General: “Las cumbres se alcanzan doblando el empeño”.

SARMIENTINO 2: ¡Eso lo dijo mi compañera!

SARMIENTINA: Pero no es mía la frase, es de Sarmiento.

PRESENTADOR: Silencio, por favor, señoras y señores. Gracias. (Leyendo un cuestionario.) Estimado Ministro, ¿nos podría contar más detalles del Plan?

MINISTRO: Cuando asumí esta función, con mi equipo de trabajo, porque atrás de todo esto hay un equipo, nos propusimos terminar con todos los vicios del sistema educativo que nos legó Sarmiento. Pero eran tantos y tan complejos, que no tuvimos otra opción que ir a por todo.

PRESENTADOR (siempre leyendo): Señor Ministro, ¿qué significa la expresión “a por todo”?

MINISTRO (se arremanga, toma el micrófono y se acerca a proscenio, canchero, muy suelto): Significa eso, liquidar el sistema, cambiarlo por otro más dinámico, interactivo, de respuesta inmediata, on line, adaptado a las nuevas tecnologías. Por eso cerramos todas las escuelas, que estaban en condiciones ruinosas y representaban un peligro para docentes, no docentes y alumnos. A todos ellos los mandamos a sus casas. Lo hicimos pensando en su bien, para evitar que un pedazo de mampostería se les cayera en la cabeza o que en invierno se les congelara los dedos por falta de calefacción. Ojo, a los maestros los indemnizamos a todos, todos, todos. Conozco varios que ya se pusieron un kiosco, no está nada mal, ¿eh?

PRESENTADOR (a público): Sin dudas, señoras y señores, representa para los indemnizados un ascenso en la pirámide socio-económica. (Vuelve a leer.) Ministro, ¿qué pasará con los edificios que estaban destinados a cobijar a la educación pública? ¿Qué nuevo destino se les dará?

MINISTRO: Serán puestos a la venta al mejor postor. Además de representar un ahorro descomunal para las arcas públicas, esto generará un boom en el mercado inmobiliario y en el de la construcción, aumentarán los puestos de trabajo, el consumo, la inversión privada. Y algo importante, se barre con los eufemismos, con las situaciones poco claras. ¡Basta de escuelas shoppings! De ahora en más, ¡las escuelas serán shoppings!

Se escucha la música del P.E.D.O. Juego de luces. Festejos en el escenario. Vuelve la calma. Luz de auditorio. Los integrantes de la Escuadra Sarmientina no pueden contener su indignación. De pie, puños alzados, empiezan a cantar el Himno Nacional en señal de protesta. El Sarmientino 1 además insulta al público. El guardia se apresta a echarlos. Los sarmientinos salen del auditorio cantando.

SARMIENTINO 1: ¡Piojosos, porque así son todos, unos piojosos! ¡Incapaces de progresar! ¡Su exterminio sería providencial, útil, sublime, grande! ¡Se les debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño que tiene ya el odio instintivo! ¡Me dan asco!

SARMIENTINOS (mientras salen escoltados por el guardia): ¡…al gran pueblo argentino salud!

MINISTRO (levantando la copa de vino, irónico): ¡Sí, sí, salud, salud! Perdonen a estos infradotados. Son unos perros ignorantes. Es la clase de necios con la que tuve que aprender a lidiar en todos estos años de gestión. Si algo tengo, es cintura política. (Se hace el boxeador, se ríe.) Igual debo reconocerles una cosa a esos indios asquerosos. Gracias a ellos, a sus gritos y pataleos, nos dimos cuenta que el nombre del Plan formaba esta sigla bastante escatológica. Y nos percatamos tarde, cuando ya habíamos puesto en marcha la maquinaria estatal, esa locomotora que pasa por todas las estaciones del país repartiendo a diestra (amaga a siniestra) y diestra los dones de la soberanía. Y nos vimos obligados con mi equipo, porque detrás de todo esto a un equipo, obligados a pensar la manera de capitalizar este error no forzado, esta consecuencia no deseada, que/

PRESENTADOR (interrumpiendo, señalando la hoja de ruta): Precisamente, una de las preguntas que tengo aquí apuntadas era sobre eso/

MINISTRO: Sí, claro, me imagino. Entonces, con mi equipo, ¿ya les dije que tengo un equipo?, nos pusimos a repetir la sigla infinidad de veces hasta que se nos ocurriera algo. P.E.D.O., P.E.D.O., P.E.D.O., P.E.D.I.T.O., P.E.D.O., P.E.D.A.Z.O., P.E.D.O., y así.

PRESENTADOR (leyendo): ¿Por qué el nuevo plan educativo tiene una sigla tan polémica?

MINISTRO (molesto, al Presentador): Eso es lo que estoy tratando de explicar. (A público.) En un instante de lucidez, se nos ocurre que lo mejor es hacerse cargo de la sigla y usarla para llegar a los chicos, con un lenguaje más cercano a sus inquietudes, a su vocabulario, algo descontracturado, que los represente, que resuene en su interior. Así nació el P.E.D.O.

PRESENTADOR (leyendo): ¿Cómo nació el P.E.D.O.?

El Ministro se ofusca, le saca la hoja al Presentador y la rompe en pedazos. El Presentador se repliega amedrentado.

MINISTRO: No voy a tolerar otra interrupción, ¿estamos? (A la Promotora.) Vos, chiquita, traeme otra copa de vino.

La Promotora, sorprendida por el traro, sale del auditorio con la copa vacía.

MINISTRO: Retomando, les decía, un lenguaje ágil y joven, que permita una rápida identificación, llegada. Así que pensamos una serie de eslogan que seguramente serán festejados por nuestros chicos. (Mirando hacia el sector desde el cual se opera el proyector.) Por favor.

Se proyectan en pantalla los siguientes eslogan: “Ponete en P.E.D.O.”, “Ahora estar en P.E.D.O. es bueno” “Tu futuro tiene aroma a P.E.D.O.”  

MINISTRO: Y ahora, en exclusiva, les voy a presentar uno de los contenidos curriculares del Plan. Pero para hacerlo más entretenido para ustedes, en vez de pasarles el dvd de la germinación del poroto, que ya está listo, por supuesto, decidí elegir un capítulo de la Colección “Recreo y Esparcimiento”, porque en este nuevo sistema los chicos van a seguir disfrutando de ese gran momento escolar que fue el recreo, ahora desde la comodidad y seguridad de sus casas. Y, debo confesar mi carácter nostálgico, para este gran evento elegí de dicha Colección un capítulo que verdaderamente marcó mi infancia. Hoy tenemos el honor de estrenar en este magnífico auditorio el dvd que lleva por título: “Los Maestros del Yo-Yo”. Lo vemos. (Aplaude.)

Se apagan luces. Empieza proyección del capítulo. Promediando la emisión, irrumpe en el auditorio la Escuadra Sarmientina, que ha tomado de rehén a la Promotora, y empuña en actitud amenazante una goma de borrar, un lápiz y un sacapuntas navaja, todos en tamaño extragrande, objetos que estaban exhibidos en la galería como parte de ese pasado escolar que el nuevo Plan viene a liquidar. El Sarmientino 1 amenaza a la Promotora con el sacapuntas navaja, colocándose a la altura de la yugular. Avanzan todos hacia el auditorio. Se encienden las luces. La proyección continúa. Suben al escenario. Entra el guardia al auditorio y se acerca al escenario, pero la Escuadra no lo deja subir.

MINISTRO (que, alertado por los ruidos, empieza a hablar antes de la llegada de la Escuadra al escenario): Pero… ¿qué pasa? ¡La luz, prendan la luz! ¡Ustedes otra vez! ¡No escarmientan más!

SARMIENTINA (que lleva la goma de borrar, a Ministro): ¡Quedate quieto porque te borro!

SARMIENTINO 1 (a Presentador, que se está tratando de escapar): Y vos andá para allá, que me tenés harto con tu “señoras y señores”. ¡Muletillero de cuarta!

Sarmientino 1 suelta a la Promotora. Quedan de un lado el Ministro, el Presentador y la Promotora, y del otro, los integrantes de la Escuadra Sarmientina, apuntándoles a aquéllos con sus “armas”.

SARMIENTINO 1 (mientras saca cuatro delantales de su mochila): Tomen, póngase esto. (Reparte.) Sobra uno.

SARMIENTINO 2: Dáselo al guardia que parece que tiene muchas ganas de participar.

Le arrojan un delantal al guardia. Todos se ponen los delantales.

SEGURIDAD (mostrando la etiqueta de su delantal): XS, no me entra.

SARMIENTINO 1: Te lo ponés igual, hacelo por el bien de estos bípedos que lo único que tienen de humanos es la sangre, la cual no pienso ahorrar, si la situación me lo demanda.

SARMIENTO 2: Pará, pará. ¿Estamos demasiado extremistas? ¿Qué nos pasa? ¿Hasta dónde vamos a llegar? ¿Cuál es nuestro límite?

SARMIENTINA: ¡No seas naif, pe-lo-tu-do! Hay que ir a por todo. Las escuelas son la base de la civilización y las están destruyendo con este Plan. ¡Es gravísimo!

SEGURIDAD: ¿Por qué no se toma un vinito y se relaja un poco, Doña? 

SARMIENTINA: ¿Qué doña? ¡Callate, machista!

MINISTRO: Tranquilos, hablemos civilizadamente. (Risa contenida.) ¿Qué nos quieren decir con todo este operativo? Vamos, anímense. Los estoy escuchando. De onda.

SARMIENTINO 1 (saca de su mochila un cuaderno Rivadavia tapa dura y lo abre por la mitad): Queremos que lea esto. Delante de toda esta gente y con las cámaras de televisión transmitiendo en vivo y en directo.

MINISTRO: ¿Leer? Mmmm. (Para sí.) Nunca fue mi fuerte.

PRESENTADOR: Puedo leerlo yo. Soy locutor.

SARMIENTINO 1 (al Presentador, mientras le entrega el cuaderno al Ministro): Vos sos un perejil. No servís. El tiene investidura.

MINISTRO: Mejor contame al oído más o menos qué es lo que dice acá y yo los voy repitiendo y adornando.

SARMIENTINO 1: No, tiene que ser tal cual está escrito.

SARMIENTINA: Nosotros escribimos como medio y arma de combate, combatir es realizar el pensamiento.

MINISTRO (tratando de leer): La letra… no la…

SARMIENTINO 2 (por primera vez algo descontrolado): ¿Qué pasa? Es mi letra. Soy profesor de caligrafía.

MINISTRO: Nada, nada, lo felicito.

SARMIENTINO 1: No dé más vueltas. Empiece de una vez.

MINISTRO: Las… lumina… no, luminosas uto… ¿uto qué?

SARMIENTINA: Utopías.

MINISTRO: ¿Qué es eso?

Los sarmientinos cruzan miradas.

MINISTRO: Uy, me perdí. Empiezo de nuevo, perdón. Las luminosas... ¿cómo era?

SARMIENTINO 2: ¡Utopías!

MINISTRO: Utopías, eso. Utopías de Sar… (Pausa algo prolongada.) Sarmento, no, Sarmiento, ah, Sarmiento, claro. Co… co… come… comen… comenzazazaza/

SARMIENTINO 2: No sabe leer. (A público.) ¡El Ministro de Educación no sabe leer!

Sarmientino 2 se muestra colmado por la situación. Se saca la pelada, descubriendo una cabellera lacia que acomoda con mucha dedicación.

SARMIENTINO 1: ¡Una vergüenza!

SARMIENTINA: Sí, ¿cómo permitimos que un disléxico ocupe la cartera de Educación?

SARMIENTINO 1 (por Sarmientino 2): No, yo hablo de él.

SARMIENTINO 2: ¿Qué?

SARMIENTINO 1: ¡Sacate eso, ridículo!

Sarmientino 2 se quita la peluca, descubriendo su calvicie real.

SARMIENTINA (quitándole el cuaderno al Ministro): Deme eso. (Avanza a proscenio, comienza leyendo a público, luego cierra cuaderno y recita de memoria): Las luminosas utopías de Sarmiento comenzaran, muy pronto, a hacerse realidad. Es que, como dijo Borges, “Sarmiento el soñador, sigue soñándonos…” Desde el pasado, esta exigiéndonos que la utopía de ayer sea la realidad del mañana. Aunque intenten ignorarlo él esta allí preguntándonos, cuestionándonos, mostrándonos el camino. Como un faro, siempre dispuesto a señalar el rumbo al porvenir. El es el gran visionario del siglo XXI: el pensador del futuro. Protagonista clave de nuestra historia. Sarmiento no es esa imagen de bronce que alternativamente se ofende y reivindica. El está unido a nuestra propia existencia para interrogarnos sobre el destino de esta Nación. Su pensamiento acecha para abalanzarse sobre el futuro y con la luz de su ingenio iluminar esta larga noche de ignorancia que a más de un siglo de su muerte ya parece interminable. Estoy seguro que esa larga noche esta llegando a su fin. Que llegará el día… Que ya amanece… Estamos en tiempos electorales.

 

Durante este soliloquio, cambian las luces, se escucha de fondo el himno a Sarmiento, y en la pantalla, deja de emitirse el dvd “Los maestros del yo-yo” y, como si fuera un videograph, se va reproduciendo el texto que dice Sarmientina. Clima épico, solemne, patriótico. Al llegar al final del videograph, se descubre que el mismo fue extraído de un discurso del presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcatti. A continuación, vuelve a proyectarse el dvd “Los maestros del yo-yo”.

 

SARMIENTINO 1: Señor Ministro, nos va a tener que acompañar.

 

MINISTRO: Sí, encantado, ¿a dónde?

 

SARMIENTINO 1: No le podemos decir.

 

MINISTRO: ¿Por qué tanto misterio?

 

SEGURIDAD: Porque es un secuestro.

 

SARMIENTINO 2: ¿Qué?

 

SARMIENTINA: ¡Sí! ¡Vamos por fin a educar al soberano!

 

MINISTRO (a Seguridad): Ah, entiendo. Pero usted lo va a impedir. Para eso le pagan.

 

SARMIENTINO 1: Una miseria. Además, no puede detenernos. Somos tres contra uno. Nosotros estamos armados. Él no.

 

MINISTRO: Justo hoy se me ocurre darle el día a mis custodios.

 

SARMIENTINO 1 (a público): La ignorancia y desidia del gobierno nos obliga a tomar esta drástica decisión. (Señalando al Ministro.) No somos responsables de lo que le pase. A los legisladores y funcionarios que se tiraron este P.E.D.O. les damos 48 horas para que deroguen la ley. De lo contrario, tendrán que buscarse un nuevo Ministro. (A sus compañeros, mientras toma de rehén al Ministro.) ¡Vamos!

 

SARMIENTINO 2: Es una locura.

 

SARMIENTINA: ¡Vamos!

 

SARMIENTINO 1 (a Seguridad): No te hagás el héroe porque lo mato.

 

Bajan del escenario. Seguridad los deja pasar. Salen del auditorio. Seguridad saca un revólver que tenía oculto y sale corriendo detrás. La Promotora baja del escenario, afligida, preocupada por el Ministro, camina en dirección a la salida. En el escenario, el Presentador trata de calmar al público. Se escuchan gritos provenientes de la galería. El dvd sigue en pantalla.

 

PRESENTADOR: Señoras y señores, por favor, no se muevan de sus asientos hasta que la situación esté controlada por completo, señoras y/

 

Se escuchas tres disparos.

 

PROMOTORA (mientras sale corriendo del auditorio): ¡Chuchi!

 

PRESENTADOR (incómodo, señala la pantalla): Ay, miren, señoras y señores, esa prueba nunca me salió, requiere de una precisión de la cual carezco.

 

FINAL 1

 

Ingresa al auditorio el guardia de seguridad, empuñando un revólver. Se deja de proyectar dvd, aparece en pantalla el logo del plan. El guardia se acerca al escenario, le dice algo al Presentador y vuelve a salir.

 

PRESENTADOR: Bueno, señoras y señores, me acaban de informar que ya no corremos riesgos de ningún tipo. Así que, señoras y señores, pueden retirarse. Muchas gracias por haber asistido al lanzamiento del P.E.D.O., Plan de Educación a Distancia Obligatorio. Agradecemos el apoyo de vinos Menem. Señoras y señoras, ¡chau, chau, chau, chauuuuuuu!

 

Se vuelve a escuchar la música del P.E.D.O.

 

Al salir, el público se encuentra con Sarmientino 1 abatido, Sarmientino 2 herido y Sarmientina esposada. El Ministro se encuentra conmocionado y es contenido por la Promotora. Seguridad dirige la salida del público.

 

FINAL 2

 

Vuelven al auditorio los sarmientinos. Se muestran estupefactos por lo que acaba de suceder. Entra el Guardia, empuñando el revólver. Los sarmientinos suben al escenario y buscan una salida tras bambalinas. El guardia se dirige al escenario, le dice algo al Presentador y vuelve a salir.

 

PRESENTADOR: Bueno, señoras y señores, me acaban de informar que ya no corremos riesgos de ningún tipo. Así que, señoras y señores, pueden retirarse. Muchas gracias por haber asistido al lanzamiento del P.E.D.O., Plan de Educación a Distancia Obligatorio. Agradecemos el apoyo de vinos Menem. Señoras y señoras, ¡chau, chau, chau, chauuuuuuu!

 

Al salir, el público se encuentra con el Ministro abatido, la Promotora sentada a su lado y Seguridad de pie observando el desenlace que provocó con su arma.